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El costo oculto de la "economía verde"

 

 La creciente demanda de minerales críticos y su impacto en comunidades y ecosistemas vulnerables

Por  Whisker Wordsmith © Radio Cat Kawaii 

La aspiración de un futuro más limpio y sostenible, impulsada por la urgente necesidad de combatir el cambio climático, ha catalizado la llamada "economía verde". Esta transición, que busca reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables y vehículos eléctricos, se presenta como la solución a la crisis climática. Sin embargo, bajo el brillo de paneles solares y vehículos silenciosos, yace una paradoja: la creciente demanda de minerales críticos, esenciales para estas tecnologías, está generando un nuevo conjunto de desafíos socioambientales, a menudo en regiones ya vulnerables del planeta. La promesa de un futuro verde global se construye, en parte, sobre la intensificación de una actividad extractiva con profundas implicaciones.

La sed insaciable de minerales: el motor de la transición energética

La columna vertebral de la transición energética son las baterías de iones de litio y las tecnologías de energía renovable, que requieren una gama específica de minerales. El litio, cobalto, níquel, grafito y las tierras raras son solo algunos de los elementos que han pasado de ser commodities de nicho a recursos estratégicos. Se estima que, para cumplir con los objetivos de una economía baja en carbono, se necesitarán miles de millones de toneladas de minerales adicionales en las próximas décadas (Fuente: Ecoembes, 2024).

Las baterías de vehículos eléctricos (VE) son las principales consumidoras de litio y cobalto, mientras que las tierras raras son fundamentales para los imanes de las turbinas eólicas y motores de VE. Esta demanda no solo es alta, sino que está en constante aumento, lo que ejerce una presión sin precedentes sobre las fuentes de suministro existentes y fomenta la exploración de nuevos yacimientos.

El lado oscuro de la extracción: impactos ambientales y sociales

La extracción de estos minerales, aunque esencial para la "economía verde", no está exenta de graves repercusiones.

Impacto ambiental

La minería de minerales críticos a menudo se localiza en ecosistemas frágiles y biodiversos. Uno de los impactos más significativos es el consumo y la contaminación del agua. La extracción de litio, por ejemplo, que se realiza principalmente mediante evaporación de salmueras ricas en los salares, requiere cantidades masivas de agua dulce, un recurso escaso en las regiones áridas donde se encuentran estos yacimientos. Esto puede llevar a la salinización de suelos y humedales, la alteración del balance hídrico y la afectación de la flora y fauna locales (Fuente: AIDA, 2024; Semarnat, 2024).

Más allá del agua, la minería produce vastas cantidades de residuos tóxicos (relaves y escombreras), que pueden contaminar suelos y cuerpos de agua con metales pesados y sustancias químicas. Las emisiones de polvo y gases contaminantes, como el CO2, NO2 y SO2, también deterioran la calidad del aire en las zonas mineras (Fuente: Kunak, 2023). La deforestación para abrir nuevas minas y la destrucción de hábitats son igualmente consecuencias lamentables de esta actividad.

Impacto social

Las comunidades que habitan cerca de los yacimientos son, con frecuencia, las más afectadas. Se han documentado casos de desplazamiento forzado, donde las poblaciones son obligadas a abandonar sus hogares y tierras ancestrales para dar paso a las operaciones mineras. Esto no solo implica la pérdida de viviendas, sino también de medios de vida tradicionales, como la agricultura o la ganadería, exacerbando la pobreza y la desigualdad (Fuente: El País, 2023; Amnistía Internacional, 2023).

Los conflictos socioambientales son recurrentes, derivados de la disputa por el acceso a la tierra y, crucialmente, al agua. Las promesas de desarrollo económico y empleo a menudo no se materializan o benefician desproporcionadamente a los actores externos, dejando a las comunidades locales con impactos negativos y escasos beneficios. Además, en algunas regiones, las condiciones laborales en la minería pueden ser precarias, con riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores.

Casos paradigmáticos: litio y cobalto

Dos minerales, el litio y el cobalto, ejemplifican vívidamente los desafíos.

Litio en el "Triángulo del Litio"

El "Triángulo del Litio", una vasta región que abarca partes de Chile, Argentina y Bolivia, alberga las mayores reservas de este metal. Los salares de Atacama, Hombre Muerto y Uyuni son ecosistemas únicos, hogar de una biodiversidad adaptada a condiciones extremas y de comunidades indígenas con profundas raíces culturales. La extracción de litio, que se basa en la evaporación de salmueras, amenaza directamente la disponibilidad de agua dulce para estas comunidades y para el mantenimiento de los frágiles humedales andinos (Fuente: AIDA, 2024). Las protestas y los litigios de las comunidades indígenas por la defensa de sus derechos territoriales y el acceso al agua son una constante en la región.

Cobalto en la República Democrática del Congo (RDC)

La RDC es, con diferencia, el mayor productor mundial de cobalto, suministrando aproximadamente el 70% de la demanda global. Aquí, la situación es particularmente compleja. Coexisten la minería industrial a gran escala y la minería artesanal, a menudo ilegal. Esta última es la que genera las mayores preocupaciones por las violaciones de derechos humanos, incluyendo el trabajo infantil en condiciones peligrosas, la exposición a sustancias tóxicas, los accidentes mortales y la extorsión. Los informes de organizaciones como Amnistía Internacional han documentado desalojos forzados, agresiones y compensaciones irrisorias para las comunidades afectadas por la expansión de las minas (Fuente: El País, 2023; Amnistía Internacional, 2023). A pesar de los esfuerzos por certificar las cadenas de suministro, asegurar un cobalto "limpio" sigue siendo un desafío monumental.

La búsqueda de alternativas y soluciones: hacia una economía circular y justa

La urgencia de la transición energética no debe eclipsar la necesidad de hacerla justa y sostenible. Se están explorando diversas vías para mitigar el impacto de la demanda de minerales críticos:

  • Reciclaje y economía circular: La recuperación de minerales de baterías y productos electrónicos al final de su vida útil es una estrategia clave. El reciclaje eficiente puede reducir la necesidad de nueva minería en un 25-40% para 2050 (Fuente: Inspenet, 2024). Sin embargo, la infraestructura de reciclaje actual es insuficiente y se requiere una mayor inversión y desarrollo tecnológico en procesos hidrometalúrgicos y pirometalúrgicos para hacerla rentable y escalable. El diseño de productos para facilitar su desensamblaje y reciclaje es también fundamental (Fuente: Wenea, 2025).

  • Innovación en materiales: La investigación y el desarrollo de nuevas químicas de baterías que utilicen menos o ningún cobalto, níquel o litio son prometedores. Ejemplos incluyen las baterías de fosfato de hierro y litio (LFP), que ofrecen mayor seguridad y estabilidad sin cobalto, y las baterías de litio-azufre o estado sólido, que prometen mayores densidades energéticas y mayor seguridad (Fuente: Volvo Trucks, 2024; Wenea, 2025). También se exploran alternativas como las baterías de grafeno o las de flujo redox para aplicaciones a gran escala.

  • Reducción del consumo y eficiencia: Una transición verdaderamente sostenible implica no solo cambiar la fuente de energía, sino también reconsiderar los patrones de consumo. La promoción del transporte público, la micromovilidad, la eficiencia energética en edificios y la durabilidad de los productos pueden reducir significativamente la demanda total de minerales.

  • Minería responsable y certificaciones: Algunas iniciativas buscan promover prácticas mineras más éticas y sostenibles, con certificaciones que garanticen el cumplimiento de estándares ambientales y laborales. Sin embargo, su implementación efectiva y la verificación independiente siguen siendo desafíos. La integración de energías renovables en las operaciones mineras también es una tendencia creciente para reducir su huella de carbono (Fuente: BBVA, 2024).

Perspectivas en conflicto: un diálogo necesario

La "economía verde" revela un complejo entramado de intereses y perspectivas:

  • Gobiernos: Buscan asegurar el suministro de minerales críticos para sus industrias y transiciones energéticas, viendo la minería como una fuente de desarrollo económico y empleo. No obstante, enfrentan la presión de equilibrar estos intereses con la protección ambiental y los derechos de las comunidades.

  • Empresas mineras: Se encuentran ante el desafío de satisfacer una demanda creciente mientras navegan por un escrutinio público cada vez mayor sobre sus prácticas. Algunas están invirtiendo en tecnologías más limpias y en programas de responsabilidad social corporativa, aunque persisten críticas sobre la efectividad de estas medidas.

  • Comunidades afectadas: A menudo en la primera línea de los impactos, luchan por la protección de sus tierras, agua, salud y derechos humanos. Su voz es crucial para una toma de decisiones informada y justa.

  • Científicos y ONGs: Abogan por un enfoque holístico que vaya más allá de la mera sustitución de tecnologías, llamando a la acción sobre la economía circular, la reducción del consumo y la gobernanza global de los recursos.


La transición hacia una "economía verde" es imperativa para abordar la crisis climática, pero no puede ser a cualquier precio. El "costo oculto" de la creciente demanda de minerales críticos en comunidades y ecosistemas vulnerables es una realidad que debe ser reconocida y abordada con urgencia. La solución no reside en detener la transición, sino en redefinirla: una que sea verdaderamente justa, equitativa y sostenible. Esto requiere una inversión masiva en reciclaje e innovación, una reducción inteligente del consumo, una gobernanza más robusta y transparente en la minería, y, sobre todo, un diálogo genuino y el respeto por los derechos de las comunidades y la integridad de los ecosistemas en las regiones productoras. Solo así la "economía verde" podrá cumplir su promesa de un futuro realmente sostenible para todos.